Grupo Prerrogativas - Assista ao curta-documentário que revela toda a farsa montada por Sergio Moro, Deltan Dallagnol e os procuradores para tirar o ex-presidente Lula da eleição de 2018.

Por qué y cómo Lula ha llegado a ser el prisionero político más importante del mundo

por Rafael Poch de Feliu

 Julian Assange es el más importante disidente occidental preso. Eduard Snowden, el principal exiliado. Luiz Inácio Lula da Silva es el prisionero del Sur global por excelencia. Noam Chomsky se ha referido a Lula como “el prisionero político más importante del mundo” y “una figura extraordinaria del siglo XXI”, y ha comparado su encarcelamiento con el del fundador del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci (1891-1937). ¿Por qué esos títulos?

Bajo el mandato de Lula, Brasil pasó de la inexistencia en la esfera internacional a ser seguramente el país más respetado del mundo. Lula dignificó a la mayoría social de su país que no contaba para nada. En 2010, el programa alimentario mundial de la ONU le ortorgó el título de “campeón del mundo en la lucha contra el hambre”. Tras ocho años en la presidencia sacó de la pobreza a millones de brasileños y dejó el poder con un grado de aprobación sin precedentes.

Lula fue capital en la prometedora y en gran parte malograda integración independiente de América Latina, que implicó a Chávez, Morales, los Kirchner y demás, y entre todos ellos era el más respetado no solo por el peso específico de su enorme país. Con Lula nacieron los BRIC´s (Brasil, Rusia, India, China y otros) como concepto en el que Brasil ponía la primera letra. Pues bien, este personaje está en la cárcel desde hace año y medio, tras haber sido condenado a una pena total de doce años y once meses en un caso manifiestamente fabricado y seis meses antes de unas elecciones a las que acudía como favorito. ¿Por qué?

Sobre el motivo hay varias explicaciones. Según el profesor Elias Jabbour de la Universidad de Río de Janeiro, Lula fue víctima de una acción de guerra híbrida orquestada desde Estados Unidos después de que en Brasil se anunciara el descubrimiento de unas importantes reservas de petróleo, lo que dio fuerza a una agresiva campaña mediática contra la izquierda y la política en general. El propio Lula sugiere el motivo principal en otro aspecto: su protagonismo general en el establecimiento de los BRIC´s, y en los movimientos para crear una moneda alternativa al dólar en las relaciones comerciales de ese enorme conglomerado de países que incluye a la mayoría del planeta, tanto en población como en volumen de transacciones.

“Estados Unidos tenía mucho miedo de nuestros debates sobre la creación de una nueva divisa. Obama me llamó y preguntó, “¿estás intentando crear una nueva moneda, un nuevo euro?” y yo le dije, “No, estoy intentando deshacerme del dólar americano simplemente para no ser dependiente”. Según el periodista Pepe Escobar que recogió esta declaración en una entrevista con Lula mantenida este verano en la cárcel, “Obama pudo haber intentado advertir a Lula de que el Estado profundo (Deep State) americano nunca permitiría a los BRIC´s invertir en una moneda o una cesta de monedas para eludir al dólar. Más tarde, Putin y Erdogan advirtieron a (su sucesora en la presidencia) Dilma Roussef, antes de que fuera depuesta, de que Brasil sería atacada sin piedad. Al final, la dirección del Partido de los Trabajadores fue pillada completamente desprevenida por una conjunción de sofisticadas técnicas de guerra híbrida”, explica Escobar. “El resultado fue que una de las mayores economías del mundo fue tomada por asalto por duros neoliberales sin lucha alguna”.

Detrás de todo esto se advertía algo más que un revés para el hegemonismo occidental: la idea de que el consenso y la acción concertada entre BRIC´s y grandes países del Sur global, es capaz de elaborar un programa para el mundo, alternativo al caos del hegemonismo de Euroatlántida con sus recetas belicistas. El caso de Irán ofrecía una pista concreta.

Fue el Brasil de Lula quien en 2010 alcanzó en Teherán, de común acuerdo con Turquía e Irán un acuerdo nuclear con el régimen de los ayatollahs. Eso fue cinco años antes del famoso acuerdo de Viena de 2015, que Bolton y Trump han hundido con el apoyo de Israel y Arabia Saudita al retirarse de él y reabrir el escenario bélico. En la mencionada entrevista carcelaria, Lula recuerda que tras aquel acuerdo Obama y Merkel se mostraron nerviosos: “fui como el chaval que ha sacado un diez en la escuela, se lo dice a su madre y esta da a entender que eso está mal”.

En el mundo de hoy, un tipo con carisma que dirige un gran país y que va de por libre es algo que produce enorme recelo imperial. Empiezan a ponerse de acuerdo y a resolver problemas globales sin nosotros y sin nuestra moneda, ¿y dónde iremos a parar? Esas son las coordenadas del encarcelamiento de Lula.

El método fue la combinación de la guerra judicial con la manipulación informativa de los grandes medios en manos de magnates, dirigida a la destrucción del adversario político concreto mediante la judicialización de la política. Lo que se conoce bajo el término “Lawfare”.

“Comienza con denuncias sin pruebas, continua con campañas de denigramiento mediático y obliga a los señalados a interminables justificaciones, luego viene la cárcel y las multas, el Lawfareencierra los debates políticos en los tribunales de justicia”, señala un manifiesto firmado este mes por varios centenares de personalidades de todo el mundo. El resultado final de la operación - un cambio de régimen -  es el mismo que el de los golpes militares latinoamericanos de antaño auspiciados o  directamente dirigidos desde Estados Unidos.

Gracias al trabajo publicado este verano por el periodista Glenn Greenwald en The Intercept, se conocen los pormenores de esta corrupta guerra judicial contra Lula, pero el asunto trasciende a Brasil. Los expresidentes de Ecuador y Argentina, Rafael Correa y Cristina Kirchner son perseguidos por esta combinación bastarda. En África están los casos del mauritano Biram Dah Abeid, el candidato a la presidencia de Camerun Maurice Kamto, el ex diputado de Gabón Bertrand Zibi, el líder de la oposición camboyana Kem Sokha, el dirigente del Frente de Izquierdas de Rusia, Sergei Udaltsov, la senadora filipina Leila de Lima e incluso el líder de la izquierda francesa, Jean-Luc Mélenchon, objeto de acoso mediático y acusado de rebelión. De todo este muestrario, Lula es el más importante desde todos los puntos de vista.

(Publicado en Ctxt)

 PRISÃO DE JULIAN ASSANGE ESTÁ LIGADA À DE LULA

O linguista, filósofo e cientista político Noam Chomsky concedeu uma entrevista ao canal Democracy Now em que compara a prisão do fundador do WikiLeaks, Julian Assange, com a do ex-presidente Lula e a do filósofo marxista italiano Antonio Gramsci.

Segundo ele, há uma tentativa de silenciar as vozes de ambos, lembrando da prisão de Gramsci sob o fascismo. Chomsky ressalta a proibição de Lula fazer declarações públicas e afirma que "ele é o prisioneiro político mais importante do mundo. Você ouve alguma coisa [na imprensa] sobre isso? Bem, Assange é um caso similar: temos que silenciar essa voz"

"Alguns podem se lembrar quando o governo fascista de Mussolini colocou Antonio Gramsci na prisão. O promotor disse: 'Temos que silenciar essa voz por 20 anos. Não podemos deixá-lo falar.' Isso é o Assange. Isso é o Lula. Isso é um escândalo."

"Sob o governo Lula, no início deste milênio, o Brasil foi um dos mais – talvez o país mais respeitado do mundo. Foi a voz do Sul Global sob a liderança de Lula da Silva", afirma o renomado linguista.

Assista aqui ao vídeo legendado:

Linguista americano e ativista político, Noam Chomsky (à esquerda) fala com militantes do PT depois de visitar o presidente Luiz Inácio Lula da Silva na prisão no dia 20 setembro. Foto: Heuler Andrey/AFP/Getty Images

por Noam Chomsky

___

PRISÕES LEMBRAM A famosa observação de Tolstói sobre famílias infelizes: cada uma “é infeliz à sua maneira” ainda que haja algumas características comuns – para prisões, o reconhecimento sombrio e sufocante de que outra pessoa tem poder sobre a sua própria vida.

Minha esposa, Valeria, e eu recentemente estivemos em uma prisão para visitar aquele que é, provavelmente, o prisioneiro político mais proeminente da atualidade, uma pessoa de notável significância na política global contemporânea.

Considerando os padrões das prisões americanas que já vi, a Superintendência da Polícia Federal em Curitiba, no Brasil, não é formidável ou opressiva – ainda que isso seja uma baixa expectativa. Não é nada como algumas das que visitei em outros países – nem remotamente parecida com Khiyam, a câmara de tortura de Israel no sul do Líbano, mais tarde bombardeada e destruída para ocultar o crime, e muito distante ainda dos indescritíveis horrores da Villa Grimaldi de Pinochet, onde os poucos que sobreviveram às requintadas sessões de torturas eram jogados em uma torre para apodrecerem – uma das maneiras encontradas para assegurar que o primeiro experimento neoliberal, sob a supervisão dos principais economistas de Chicago, poderia ir adiante sem vozes disruptivas.

Apesar disso, é uma prisão.

O prisioneiro que visitamos, Luiz Inácio Lula da Silva – “Lula”, como ele é universalmente conhecido – foi sentenciado ao aprisionamento, em uma solitária, com nenhum acesso à imprensa ou aos jornais e com visitas limitadas uma vez por semana.

No dia após nossa visita, um juiz, citando a liberdade de imprensa, concedeu ao maior jornal do país, a Folha de São Paulo, o direito de entrevistar Lula, mas outro juiz rapidamente interviu e revogou aquela decisão, apesar do fato de que os criminosos mais violentos do país – líderes de milícias e traficantes de drogas – são rotineiramente entrevistados na prisão.

Para a estrutura de poder do Brasil, aprisionar Lula não é suficiente: eles querem garantir que a população, enquanto se prepara para votar, não possa ouvi-lo de nenhuma forma, e estão, aparentemente, dispostos a fazer uso de qualquer medida para alcançar este objetivo.

O juiz que revogou a permissão não estava fazendo nada de novo. Um predecessor dele foi o promotor de acusação na condenação de Antonio Gramsci em 1926 pelo governo fascista de Mussolini, que declarou que “nós temos que impedir o cérebro dele de trabalhar por 20 anos.”

“A história não se repete, mas frequentemente rima”, disse Mark Twain.

Nós ficamos motivados, mas não surpresos, ao descobrir que apesar das onerosas condições e o chocante erro judiciário, Lula permanece em seu estado enérgico, otimista sobre o futuro e cheio de ideias sobre como retirar o Brasil de seu atual caminho desastroso.

Sempre há pretextos para a prisão – talvez válidos, talvez não – mas geralmente faz sentido buscar quais são as razões reais. Isso se aplica nesta situação. A primeira acusação contra Lula, baseada em delações premiadas de empresários sentenciados por corrupção, é a de que a ele foi oferecido um apartamento no qual ele nunca morou. Nada de extraordinário.

O crime alegado é quase imperceptível para os padrões brasileiros – e há mais a dizer sobre esse conceito, mas retornarei a ele posteriormente. Fora isso, a sentença é tão totalmente desproporcional ao crime alegado que é importante buscar as razões. Não é difícil desenterrar coisas sobre candidatos. Lula é, de longe, o candidato mais popular e facilmente ganharia uma eleição justa, não sendo este o resultado preferido da plutocracia. Embora suas políticas enquanto estava no cargo fossem pensadas para ajustar as questões financeiras domésticas e internacionais, ele é desprezado pelas elites, em parte, sem dúvida, por conta de suas políticas de inclusão social e benefícios aos menos afortunados, porém outros fatores parecem intervir: primeiramente, o simples ódio de classe. Como pode um trabalhador pobre sem educação superior que nem sequer fala português corretamente ser o líder de nosso país? [Transcrevi trechos]

As mulheres acenam com lenços brancos ao exigir a renúncia do presidente Salvador Allende em Santiago, Chile, em 5 de setembro de 1973. Foto: AP

O filósofo participou de um encontro com jornalistas da mídia alternativa, nesta segunda-feira (17), em São Paulo

por Júlia Dolce

---

Noam Chomsky, linguista, filósofo e um dos mais importantes pensadores e ativistas anticapitalistas da atualidade, compareceu a um encontro com jornalistas da mídia alternativa, na noite desta segunda-feira (17), na sede do Centro de Estudos da Mídia Alternativa Barão de Itararé, em São Paulo.

Em uma fala de trinta minutos, Chomsky comentou o poder de manipulação da opinião pública dos meios de comunicação hegemônicos e opinou que a grande mídia latino-americana tem um conhecido histórico golpista. O filósofo deu inicio à sua fala apresentando a introdução do livro “Revolução dos Bichos”, do escritor George Orwell, originalmente censurada. O texto afirma que na Inglaterra não era preciso violência para haver opressão e totalitarismo e destaca o papel da grande mídia nesse processo.

Quando você olha para a estrutura institucional da mídia, pertencentes a grandes empresas, o produto somos nós. A estrutura da mídia são grandes corporações vendendo as pessoas para outras corporações e anunciantes

Chomsky ressaltou exemplos de veículos de comunicação latino-americanos que abertamente se posicionaram pela derrubada de governos de esquerda nas últimas décadas, como o jornal La Prensa, na Nicarágua, e a RCTV, na Venezuela. “Governos de esquerda na América Latina sempre permitiram que as mídias funcionassem e ela é, frequentemente, muito hostil a esses governos. Isso é um problema, porque esses governos estiveram e estão sob um ataque amargo. Em um país livre, isso seria inconcebível”, afirmou.

O filósofo destacou que o governo Lula é um dos principais exemplos de condescendência com a mídia, mesmo sendo completamente atacado por ela.

“O Brasil se tornou o país com melhor perspectiva do mundo durante os governos de Lula. Em uma forma que nunca tinha acontecido antes. Isso durou até o colapso do governo do PT. Mas isso pode ser alcançado novamente, não há razão para o país não voltar a essa posição”, disse.

Nos últimos meses, Chomsky se engajou na campanha pela libertação do ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva, defendendo o ex-presidente do que chama de perseguição política e ressaltando que, por direito, ele seria eleito presidente. Sobre a recente decisão do Comitê de Direitos Humanos da Organização das Nações Unidas (ONU), que determina que Lula deve ter o direito de ser candidato à presidente, o filósofo destacou a dependência que a organização tem dos estados poderosos.

“Os Estados Unidos não prestam nenhuma atenção ao Comitê de Direitos Humanos da ONU. A ONU não é uma força independente, então, atua até onde os países poderosos permitem”, opinou. No entanto, Chomsky destaca que os EUA já não possui o mesmo poder sobre os países latino-americanos. “A América Latina já conseguiu se livrar, no passado, do controle direto dos Estados Unidos”, afirmou.

Questionado sobre o fenômeno de estudantes e profissionais latino-americanos que, após intercâmbio nos Estados Unidos, exportam conhecimentos liberais para seus países, Chomsky ressaltou o fenômeno dos "Chicago Boys", economistas chilenos que estudaram na cidade estadunidense de Chicago e, posteriormente, formularam a política econômica da ditadura do general Augusto Pinochet, no Chile. Em um alerta, o filósofo ressaltou que o economista do candidato Jair Bolsonaro e nome para o Ministério da Fazenda caso ele seja eleito, Paulo Guedes, representa o mesmo fenômeno. Guedes é doutor em economia pela Universidade de Chicago, instituição referência no pensamento econômico liberal.